jueves, 8 de junio de 2017

Actualidad del pensamiento de Platón


  
Actualidad del pensamiento de Platón


Platón ha sido uno de los filósofos que mayor presencia ha tenido en el pensamiento occidental. En el pensamiento contemporáneo, y a partir de la obra de Nietzsche, ha perdido cierta presencia, pero no obstante, la cultura occidental sigue siendo deudora de la filosofía griega y de Platón en varios sentidos. Veamos.

Desde el punto de vista de la ontología y epistemología platónica puede decirse que el ámbito inteligible (mundo de las ideas) muestra una enorme resistencia al paso del tiempo en cuestiones como los principios lógicos, las matemáticas y verdades de gran contenido abstracto.  También tiene plena vigencia el que la razón sea la fuente de conocimiento de las verdades de ese ámbito. Lo que ya no tendría validez sería el desprecio de Platón al conocimiento obtenido por los sentidos, cuando es precisamente con la observación y experimentación como fundamentalmente avanzan los conocimientos científicos. Las verdades de la ciencia podrán no estar dotadas de certeza y ser revisables, pero son las que nos van permitiendo un mayor conocimiento de nuestra realidad y establecer relaciones de causa-efecto que aumentan la capacidad humana de intervención y predicción.

En cuanto a la filosofía práctica de Platón, continúa vigente el objetivo por el que nació en Grecia la filosofía y que en Platón sería central en su actividad filosófica; a saber, la racionalización de la vida pública., del espacio del “demos”. Con la propuesta de que fuesen los sabios  quienes ejerciesen el gobierno en la sociedad, Platón lo que persigue es que la organización social y política respondiese a criterios racionales, al establecimiento de las condiciones que hacen una sociedad justa, porque pensaba que en quienes domina la parte racional del alma y han alcanzado el conocimiento del mundo de las ideas y del Bien tendrían que proponer medidas siempre en conformidad  a ellas. Posteriormente entendería que el gobierno tendría que ser de leyes racionales como forma de asegurar la supremacía del derecho y la razón frente a los intentos de ocupar el poder por grupos y personas. El moderno Estado de derecho, la constitución y la declaración de derechos humanos, continuaría la propuesta de Platón.

Por otro lado, la denuncia que Platón establece en el mito de la caverna sobre lo que el común de los mortales entiende acerca de la realidad, esa percepción errónea tiene también su continuidad con la imagen manipulada que los grandes medios de comunicación ofrecen de forma interesada. Los poderes económicos y financieros que controlan la información actuarían produciendo el mismo efecto, las mismas sombras –como en el mito- que confusamente gran parte de la población cree que es la realidad. Incluso cualquier intento de mostrar las cosas de forma diferente, con otros argumentos racionales dotados de fuerza probatoria, provocan el mismo rechazo que el sufrido por Sócrates o por el encadenado que consigue liberarse y conocer la verdad cuando lo muestra a los demás.


*Atención: Dado que en el libro no aparecen apenas reseñas culturales de Atenas en el -V y -IV, habría que añadir al contexto filosófico lo siguiente:

Para incluir en la descripción del contexto filosófico y cultural de Platón


Desde el punto de vista cultural también tendríamos que destacar que Atenas durante el siglo –V, siglo de Pericles, además de ser la potencia política y económica hegemónica de Grecia y del Mediterráneo, también se convirtió en el foco cultural del mundo heleno. Su esplendor  no sólo culminó con la actividad filosófica de Platón y Aristóteles (-IV), sino en casi todos los ámbitos de la cultura: la tragedia (Esquilo, Sófocles, Eurípides...), comediografía (Aristófanes), arquitectura (la Acrópolis y el Partenón), la escultura (Fidias), historiografía (Tucídides, Jenofonte), etc. alcanzaron tal notoriedad que convirtieron a Atenas en el referente cultural de Occidente.


lunes, 6 de junio de 2016

Comentario 3º


Comentario 3º

-Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso  y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos?
-Por cierto, al menos inmediatamente.
-Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol..
-Sin duda.
-Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí y por sí, en su propio ámbito.


Comentario de texto.

1.- Explique del tema del texto.

Este fragmento pertenece al libro VII de “la República” (época de madurez de Platón), libro en el que estudia bajo qué condiciones puede realizarse un Estado justo. Pero también puede decirse que aparece sintetizada toda filosofía, especialmente en el mito de la caverna.

Este fragmento, en concreto, Platón simboliza con el camino de salida de la caverna, por la que transitará el prisionero que se habría liberado de las cadenas, el proceso gradual del  conocimiento (“método” en griego quiere decir “camino hacia”). En este caso se trata del costoso y difícil tránsito de la opinión (doxa) al conocimiento, al saber o ciencia (episteme). La opinión tiene por objeto el mundo de los seres físicos y utiliza los sentidos como fuente de conocimiento. Se divide en conjetura, que es el nivel más ínfimo, y creencia. El saber o ciencia, que se baza en la razón, asciende desde el pensamiento discursivo, basado en las matemáticas, hasta la dialéctica, que permite alcanzar la idea del Bien. También es un símil de la educación, que nunca es algo fácil. El exterior de la caverna representa el mundo inteligible. Es necesario respetar en el ascenso un orden de menos a más. Ello simboliza la dialéctica ascendente.

La necesidad de acostumbrarse a la luz alude al conocimiento matemático, que prepara para el conocimiento de las ideas y de la idea del Bien. El orden de ascenso en el exterior de la caverna sería el siguiente (entre paréntesis el referente real de cada metáfora): 1º sombras de los seres naturales (entidades matemáticas de nivel inferior); 2º reflejos en el agua de los seres naturales (entidades matemáticas de nivel superior); 3º los seres naturales (ideas de seres naturales y artificiales); 4º el cielo de noche y el cielo de día (ideas superiores estéticas y éticas); 5º el sol (el Bien).

Al contemplar el sol, comprendería que es causa de todo lo que existe  en el mundo sensible. Es decir, el conocimiento supremo consiste en la comprensión de que el Bien, expresión del orden, sentido e inteligibilidad de todo lo real, es el fundamento de todo lo real.



2.- Justificación desde la posición filosófica del autor.


Quien ha alcanzado el conocimiento de la auténtica realidad, del mundo de las ideas y de la idea del Bien (en ese largo proceso educativo que en el mito está simbolizado con el ascenso por el camino hasta acostumbrarse a la luz del sol, que simboliza la idea del Bien, como se plantea en este texto), el sabio, tiene que ocuparse de la tarea de gobernar la sociedad. En efecto, para Platón, una vez que se posee el conocimiento de la verdad, de la justicia y del Bien, conocimiento al que se llega mediante la razón, siempre se obrará de manera justa. Aquí se muestra la influencia de Sócrates, pues para él, el que obraba mal lo hacía por ignorancia y proponía el esfuerzo intelectual en el conocimiento de la virtud y de la justicia para obrar bien y ser justo. También se percibe en el mito la presencia de Sócrates, su maestro, que fue condenado a muerte por pretender mostrar la verdad a sus conciudadanos, con la figura del preso que se libera.

Ese modelo de sociedad justa y gobernada por los sabios que Platón propone en “la República”, obedece a la idea que Platón tiene de cuál es la función del Estado. Para Platón es eminentemente moral, es decir, es la realización de la justicia lo que Platón propone como tarea del Estado. El problema que podía plantearse era saber en qué consistía la justicia. Platón acepta de los sofistas en que esta podía definirse analizando la naturaleza humana. Pero al contrario que los sofistas (proponían la lucha por el poder y la satisfacción de deseos como lo constitutivo de la naturaleza humana) Platón plantea que lo que caracteriza al ser humano es el alma. El cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos y, por tanto, es cambiante y corruptible, mientras el alma es afín al mundo de las ideas, inmutable y eterna. La unión con el cuerpo es accidental y su misión es purificarse de las influencias del cuerpo y ascender nuevamente al mundo de las ideas. Para ello, cada parte del alma tiene que ejercer la función que le corresponde y hacerlo con virtud. A la parte racional le corresponde el gobierno de las otras partes apoyándose en la parte irascible para controlar a la parte concupiscible. La virtud de la parte racional es la prudencia, la de la parte irascible es la valentía y la moderación será la virtud de la parte concupiscible. Analizada de esta manera la naturaleza humana, Platón ya está en condiciones de definir lo que es la justicia: el ordenamiento adecuado de las tres partes del alma; es decir, que cada parte cumpla la función que le corresponde y haga con virtud.

Una vez sabido en qué consiste la justicia, Platón ya puede proponer el modelo de sociedad justa. Una sociedad será justa cuando cada individuo ocupe en ella el grupo  social que le corresponde. Los sabios, aquellas personas en que predomine la parte racional del alma, serán los encargados de ejercer el gobierno. Las personas en las que predomine la parte irascible del alma compondrán el grupo de los guardianes auxiliares, que tendrán como función la defensa y vigilancia del estado;  y, finalmente, en quienes predomine la parte concupiscible, formarán el grupo de los productores, que se encargarán de la producción de bienes y de las actividades comerciales. Solo los de este último grupo podrán poseer bienes y constituir familias.

El hecho de estar vedada la posesión de bienes y familia a  guardianes y gobernantes tiene una función moral, en el sentido de evitar la posibilidad de que estos grupos se alejen de sus tareas a favor de la sociedad por satisfacer deseos propios. Es de destacar que en este modelo de sociedad, Platón reconocía la igualdad entre sexos para pertenecer y acceder a cualquier grupo social. También moral es la función propia del Estado. Para Platón, la virtud y la justicia, de las que depende la felicidad, tienen que ser los objetivos del Estado para con la ciudadanía. Para ello propugnará un sistema educativo basado en dos niveles. Entiende que toda la población debería recibir una educación hasta los 20 años basada en la gimnasia y la música (cultivar el cuerpo y la mente). Posteriormente, habrá un segundo nivel para quien aspire a ejercer de gobernante: este conocimiento está basado en el estudio de las matemáticas (pensamiento discursivo) y, en el nivel superior de conocimiento, la dialéctica, facultad con la que se alcanza la idea de Bien. El proceso de formación de los gobernantes o sabios duraría hasta los 35 años. Una vez alcanzado, tendrían la función de dirigir la sociedad. El papel de guía que Platón atribuye a los sabios, al filósofo, función que queda reflejada en el mito con el prisionero liberado y que plantea de manera un tanto pesimista, sin duda pensando en la suerte que corrió Sócrates, se vería corroborada por el propio Platón poco después.

En efecto, tras los intentos de poner en práctica ese modelo de sociedad, tuvo que atemperar sus posiciones, y como plantea en Las leyes, obra posterior a La República, ante la dificultad de encontrar a esos sabios que ejerzan las tareas de gobierno, entiende Platón que lo realmente importante, dado que lo que se pretende es el gobierno de la razón, es que las leyes, de obligado cumplimiento, sean racionales y, por tanto, justas.






lunes, 1 de junio de 2015

Comentario de texto (2º) del mito de la caverna.



- Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?
- Sin duda.
- Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se acostumbraran en un tiempo nada breve,
¿no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?
-Seguramente.



Comentario de texto.

1.- Explique del tema del texto.


Este fragmento pertenece al libro VII de “la República” (época de madurez de Platón), libro en el que estudia bajo qué condiciones puede realizarse un Estado justo. Pero también puede decirse que aparece sintetizada toda filosofía, especialmente en el mito de la caverna.

Este fragmento, en concreto, pertenece a la parte final del mito de la caverna. En esta parte, una vez que el prisionero se ha liberado de las cadenas y accedido al conocimiento de la verdad, es decir, al mundo de las ideas y la idea del Bien (que en el mito están simbolizados por los que representan las figurillas que portan los humanos que pasan tras el tabique y por el sol respectivamente), trata de volver a la caverna para que los presos que aún permanecen allí atados y que creen que la realidad son las sombras que se proyectan sobre el fondo de la caverna, puedan conocer la auténtica realidad, la verdad por él conocida.

El conocimiento obtenido por los sentidos es la opinión (doxa). Los prisioneros se encuentran en el nivel más ínfimo del mismo: la conjetura (saber basado en suposiciones y rumores), que además de la creencia (basado en percepciones e imágenes, no es un verdadero conocimiento. El saber o ciencia (episteme), que es el se obtiene con la razón (el alma racional), permite captar la auténtica realidad: el mundo de las ideas. Puede ser pensamiento discursivo (apoyado en axiomas) o dialéctica, nivel máximo del conocimiento que alcanza la idea del Bien.

Con los prisioneros, Platón está refiriéndose a los seres humanos de su tiempo, que engañados creen que la realidad es el mundo que apreciamos por los sentidos, la sociedad de su tiempo tal como estaba constituida (a lo que inducían y justificaban hábilmente los sofistas). Sin duda, con el preso que se libera, Platón puede estar refiriéndose a Sócrates, su maestro que fue condenado a muerte por pretender  mostrar la verdad a sus conciudadanos. Por eso nos dice Platón en este fragmento que si los encadenados no desearían también la muerte del preso liberado que habiendo alcanzado el conocimiento de la verdad pretende hacérsela mostrar a los encadenados.

Platón viene a decir que una vez que se ha alcanzado el conocimiento de la auténtica realidad, del mundo de las ideas y de la idea del Bien en ese largo proceso educativo que en el mito está simbolizado con el ascenso por el camino hasta acostumbrarse a la luz del sol, que simboliza la idea del Bien, el sabio tiene que ocuparse de la tarea de gobernar la sociedad. Entiende Platón, en la República, que una vez que se posee el conocimiento de la verdad, de la justicia y del Bien, conocimiento la que se llega mediante la razón, siempre se obrará de manera justa. También aquí se muestra la influencia de Sócrates, pues para él, el que obraba mal lo hacía por ignorancia y proponía el esfuerzo intelectual en el conocimiento de la virtud y de la justicia para obrar bien y ser justo. Siguiendo esa línea de pensamiento, Platón propondrá el papel dirigente, el ejercicio del gobierno, a aquellas personas, los sabios, que han alcanzado tal conocimiento.

Ello es posible mediante el largo proceso educativo que Platón propone en su modelo de sociedad justa. Entiende Platón que toda la población debiera recibir una educación hasta los 20 años basada en la gimnasia y la música (cultivar el cuerpo y la mente). Posteriormente, habrá un segundo nivel para quien aspire a ejercer de gobernante: este está basado en el estudio de las matemática  (pensamiento discursivo) y de la dialéctica, facultad con la que se alcanza la idea de Bien (el mundo de las ideas está ordenado en una gradación jerárquica presidida por la idea del Bien, expresión del orden, sentido e inteligibilidad de todo lo real). El proceso de formación de estos gobernantes o sabios duraría hasta los 35 años. Una vez alcanzado, tendría la función de dirigir la sociedad.

Justificación

Ese modelo de sociedad justa y gobernada por los sabios que Platón propone en “la República”, obedece a la idea que Platón tiene de cuál es la función del Estado. Para Platón es eminentemente moral, es decir, es la realización de la justicia lo que Platón propone como tarea del Estado. El problema que podía plantearse era saber en qué consistía la justicia. Platón acepta de los sofistas en que esta podía definirse analizando la naturaleza humana. Pero al contrario que los sofistas (proponían la lucha por el poder y la satisfacción de deseos como lo constitutivo de la naturaleza humana) Platón plantea que lo que caracteriza al ser humano es el alma. El cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos y, por tanto, es cambiante y corruptible, mientras el alma es afín al mundo de las ideas, inmutable y eterna. La unión con el cuerpo es accidental y su misión es purificarse de las influencias del cuerpo y ascender nuevamente al mundo de las ideas. Para ello, cada parte del alma tiene que ejercer la función que le corresponde y hacerlo con virtud. A la parte racional le corresponde el gobierno de las otras partes apoyándose en la parte irascible para controlar a la parte concupiscible. La virtud de la parte racional es la prudencia, la de la parte irascible es la valentía y la moderación será la virtud de la parte concupiscible. Analizada de esta manera la naturaleza humana, Platón ya está en condiciones de definir lo que es la justicia: el ordenamiento adecuado de las tres partes del alma; es decir, que cada parte cumpla la función que le corresponde y haga con virtud.

Una vez sabido en qué consiste la justicia, Platón ya puede proponer el modelo de sociedad justa. Una sociedad será justa cuando cada individuo ocupe en ella el grupo  social que le corresponde. Los sabios, aquellas personas en que predomine la parte racional del alma, serán los encargados de ejercer el gobierno. Las personas en las que predomine la parte irascible del alma compondrán el grupo de los guardianes auxiliares, que tendrán como función la defensa y vigilancia del estado;  y, finalmente, en quienes predomine la parte concupiscible, formarán el grupo de los productores, que se encargarán de la producción de bienes y de las actividades comerciales. Solo los de este último grupo podrán poseer bienes y constituir familias.

El hecho de estar vedada la posesión de bienes y familia a  guardianes y gobernantes tiene una función moral, en el sentido de evitar la posibilidad de que estos grupos se alejen de sus tareas a favor de la sociedad por satisfacer deseos propios. Es de destacar que en este modelo de sociedad, Platón reconocía la igualdad entre sexos para pertenecer y acceder a cualquier grupo social. También moral es la función propia del Estado. Para Platón, la virtud y la justicia, de las que depende la felicidad, tienen que ser los objetivos del Estado para con la ciudadanía. Para ello propugnará un sistema educativo basado en los dos niveles que ya he comentado en la explicación del tema. El último nivel, el conocimiento de la dialéctica (ascenso desde los principios) solo será alcanzado por los sabios. Este nivel es el que permite el conocimiento del Bien. Este papel de guía que Platón atribuye a los sabios, al filósofo, función que refleja en el fragmento comentado con el prisionero liberado y que plantea de manera un tanto pesimista, sin duda pensando en la suerte que corrió Sócrates, se vería corroborada por el propio Platón poco después.

En efecto, tras los intentos de poner en práctica ese modelo de sociedad, tuvo que atemperar sus posiciones, y como plantea en Las leyes, obra posterior a La República, ante la dificultad de encontrar a esos sabios que ejerzan las tareas de gobierno, entiende Platón que lo realmente importante, dado que lo que se pretende es el gobierno de la razón, es que las leyes, de obligado cumplimiento, sean racionales y, por tanto, justas.




sábado, 18 de octubre de 2014

Comentario de texto (1º) del mito de la caverna.



Primer texto (513a-517c).514a) 

-Después de eso proseg compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar lo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla dets de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los mecos.
-Me lo imagino.



Comentario de texto.


1º.- Explicación del tema del texto.

Este fragmento pertenece al libro VII de “la República” (época de madurez de Platón), libro en el que estudia bajo qué condiciones puede realizarse un Estado justo. Pero también puede decirse que aparece sintetizado todo su pensamiento filosófico, especialmente en el mito de la caverna. En él se contemplan tres dimensiones: la ontológica y epistemológica, la antropológica y la dimensión moral y política. 

Si en el libro anterior (libro VI), Platón ha expuesto los diferentes niveles de la realidad (imágenes, seres físicos, entidades matemáticas e ideas), que se corresponden con los cuatro niveles de conocimiento (conjetura, creencia, pensamiento discursivo y dialéctica), en la alegoría de la caverna ilustra el ascenso desde el nivel más bajo de la realidad y el conocimiento hasta el más alto. En este fragmento Platón presenta el escenario y los personajes en los que se basará su explicación: la caverna representa al mundo sensible, el mundo de los seres físicos, y los prisioneros simbolizan al alma atrapada en él, atada por la sensibilidad. Es la situación del común de los mortales. Las sombras del fondo de la caverna, que mencionará más adelante, representan el nivel más ínfimo de realidad (imágenes) y, por tanto, del conocimiento (conjetura), lo único que pueden conocer los habitantes de la caverna. El exterior representa el mundo de las ideas y la luz, el sol, el la idea del Bien. La luz del fuego representa al sol, responsable de toda visibilidad en la caverna.

El destino del ser humano es nacer encadenado en su `propia caverna, condenado a conocer sólo lo que aparece en las sombras proyectadas por el fuego. Estas sombras son la alegoría de la realidad que estamos obligados a conocer en el mundo visible. En el mito de la caverna, el conocimiento humano aparece representado en primer lugar por las imágenes de las cosas reales. Estos seres encadenados están limitados a conocer la apariencia de la realidad, lo que ven con los sentidos. Para ellos todo se reduce a las sombras de los objetos proyectados sobre la pared; es decir, tanto la realidad como el conocimiento se reducen a las apariencias, las imágenes. Esta forma inferior de conocimiento, que no es conocimiento verdadero, como la falsa realidad que tiene por objeto, es la opinión, que a su vez puede ser creencia (conocimiento que se obtiene a partir de las percepciones de los seres naturales, como los objetos que hay detrás del tabique) y, en el nivel más bajo, conjetura (conocimiento de imágenes, las sombras).

Para salir o abandonar este nivel ínfimo de realidad y de conocimiento, se necesitará de un proceso de educación que en el mito se simboliza con el ascenso del prisionero liberado; cuando la razón, la parte racional del alma, se plantea como objeto la auténtica realidad, el mundo inteligible. En este proceso se adquiere el saber o ciencia, que consiste en pensamiento discursivo (las entidades matemáticas simbolizadas por las sombras y reflejos en el agua) y culmina con la dialéctica (que permite alcanzar el conocimiento de la idea del Bien) y que será el propio de los sabios.


2º.- Justificación del tema desde la posición filosófica del autor.

Quien ha alcanzado el conocimiento de la auténtica realidad, del mundo de las ideas y de la idea del Bien (en ese largo proceso educativo que en el mito está simbolizado con el ascenso por el camino -al que alude en este texto- hasta acostumbrarse a la luz del sol, que simboliza la idea del Bien), el sabio, tiene que ocuparse de la tarea de gobernar la sociedad. En efecto, para Platón, una vez que se posee el conocimiento de la verdad, de la justicia y del Bien, conocimiento al que se llega mediante la razón, siempre se obrará de manera justa. Aquí se muestra la influencia de Sócrates, pues para él, el que obraba mal lo hacía por ignorancia y proponía el esfuerzo intelectual en el conocimiento de la virtud y de la justicia para obrar bien y ser justo. También se percibe en el mito la presencia de Sócrates, su maestro, que fue condenado a muerte por pretender mostrar la verdad a sus conciudadanos, con la figura del preso que se libera.

Para alcanzar el conocimiento de las ideas, del auténtico saber, Platón propone un largo proceso educativo -a lo que se refiere al principio del texto- en el modelo de sociedad justa que plantea en la República. Entiende que toda la población debería recibir una educación hasta los 20 años basada en la gimnasia y la música (cultivar el cuerpo y la mente). Posteriormente, habrá un segundo nivel para quien aspire a ejercer de gobernante: este está basado en el estudio de las matemáticas (pensamiento discursivo) y en el nivel superior de conocimiento: la dialéctica, facultad con la que se alcanza la idea de Bien (el mundo de las ideas está ordenado en una gradación jerárquica presidida por la idea del Bien, expresión del orden, sentido e inteligibilidad de todo lo real). El proceso de formación de estos gobernantes o sabios duraría hasta los 35 años. Una vez alcanzado, tendría la función de dirigir la sociedad.

Ese modelo de sociedad justa y gobernada por los sabios que propone, obedece a la idea que Platón tiene de cuál es la función del Estado. Para Platón es eminentemente moral, es decir, es la realización de la justicia lo que Platón propone como tarea del Estado. El problema que podía plantearse era saber en qué consistía la justicia. Platón acepta de los sofistas en que esta podía definirse analizando la naturaleza humana. Pero al contrario que los sofistas (proponían la lucha por el poder y la satisfacción de deseos como lo constitutivo de la naturaleza humana), Platón plantea que lo que caracteriza al ser humano es el alma. El cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos y, por tanto, es cambiante y corruptible, mientras el alma es afín al mundo de las ideas, inmutable y eterna. La unión con el cuerpo es accidental y su misión es purificarse de las influencias del cuerpo y ascender nuevamente al mundo de las ideas. Para ello, cada parte del alma tiene que ejercer la función que le corresponde y hacerlo con virtud. A la parte racional le corresponde el gobierno de las otras partes apoyándose en la parte irascible para controlar a la parte concupiscible. La virtud de la parte racional es la prudencia, la de la parte irascible es la valentía y la moderación será la virtud de la parte concupiscible. Analizada de esta manera la naturaleza humana, Platón ya está en condiciones de definir lo que es la justicia: el ordenamiento adecuado de las tres partes del alma; es decir, que cada parte cumpla la función que le corresponde y haga con virtud.

Una vez sabido en qué consiste la justicia, Platón ya puede proponer el modelo de sociedad justa. Una sociedad será justa cuando cada individuo ocupe en ella el grupo social que le corresponde. Los sabios, aquellas personas en que predomine la parte racional del alma, serán los encargados de ejercer el gobierno. Las personas en las que predomine la parte irascible del alma compondrán el grupo de los guardianes auxiliares, que tendrán como función la defensa y vigilancia del estado; y, finalmente, en quienes predomine la parte concupiscible, formarán el grupo de los productores, que se encargarán de la producción de bienes y de las actividades comerciales. Solo los de este último grupo podrán poseer bienes y constituir familias.

El hecho de estar vedada la posesión de bienes y familia a  guardianes y gobernantes tiene una función moral, en el sentido de evitar la posibilidad de que estos grupos se alejen de sus tareas a favor de la sociedad por satisfacer deseos propios. Es de destacar que en este modelo de sociedad, Platón reconocía la igualdad entre sexos para pertenecer y acceder a cualquier grupo social. También moral es la función propia del Estado. Para Platón, la virtud y la justicia, de las que depende la felicidad, tienen que ser los objetivos del Estado para con la ciudadanía. El último nivel, el conocimiento de la dialéctica (ascenso desde los principios) solo será alcanzado por los sabios. Este papel de guía que Platón atribuye a los sabios, al filósofo, y plantea de manera un tanto pesimista en el mito, sin duda pensando en la suerte que corrió Sócrates, se vería corroborada por el propio Platón poco después.

En efecto, tras los intentos de poner en práctica ese modelo de sociedad, tuvo que atemperar sus posiciones, y como plantea en Las leyes, obra posterior a La República, ante la dificultad de encontrar a esos sabios que ejerzan las tareas de gobierno, entiende Platón que lo realmente importante, dado que lo que se pretende es el gobierno de la razón, es que las leyes, de obligado cumplimiento, sean racionales y, por tanto, justas.